La sociedad del conocimiento es un concepto que resume las transformaciones sociales que se están produciendo en la actualidad. Además, ofrece una visión de futuro para guiar las acciones políticas, debiendo ser éstas acorde a una sociedad que está en constante desarrollo.
En relación con la sociedad actual surgen dos nuevos conceptos, los activos tangibles y los intangibles. Los primeros consisten en los bienes de la naturaleza susceptibles de ser percibidos por los sentidos, como maquinaria, materias primas o stocks. En cambio, los intangibles son, por ejemplo, el conocimiento o las relaciones con los clientes y compañeros de trabajo.
En la actualidad nos encontramos con empresas en las que tienen mayor trascendencia los activos intangibles, ya que son los que otorgan más ventajas competitivas sobre otras organizaciones. La empresa que conoce detalladamente el segmento de mercado que abarca, la que posea mayor conocimiento sobre un producto y motive a sus trabajadores de forma exitosa, obtendrá mejores resultados económicos. Por lo tanto, los activos intangibles proporcionan ventajas competitivas que, bien gestionadas, se traducen en mayores beneficios.
Estos activos intangibles, relacionados con el capital humano, se relacionan con el conocimiento y con el talento. El conocimiento es un conjunto de información almacenada a través de la experiencia o del estudio de múltiples datos interrelacionados. El talento está relacionado con la inteligencia y con la aptitud (capacidad para hacer) pero, en el ámbito organizacional, el talento se asocia con la generación de valor, de ventaja competitiva a la empresa. Los departamentos de recursos humanos tratan de atraer los candidatos con talento para beneficiarse de este activo intangible en pro de sus resultados económicos. La sociedad apuesta por desarrollar disciplinas como el coaching que pretenden sacar a la luz los talentos personales y promover su aprovechamiento en beneficio de la empresa.
Con estos conceptos obtenemos el conocimiento organizacional y, como hemos visto, las organizaciones mejoran sus beneficios gracias al conocimiento (entre otros activos) de sus trabajadores, por lo que es cada vez más habitual observar que existen empresas orientadas a la autogeneración y adquisición de conocimiento, y por estrategias de innovación y aprendizaje, buscando obtener ventajas competitivas.
El conocimiento organizacional se da con la experiencia personal y colectiva tienen los trabajadores de una empresa, así como con la interacción entre éstos.
Para estimular el conocimiento organizacional, la empresa debe tener una cultura arraigada, así como establecer claramente en qué mercado quiere operar y las características de éste.
Por otro lado, es imprescindible hacer hincapié en la utilización de plataformas online de conocimiento, cada vez más habituales en los procesos de aprendizaje, como por ejemplo la plataforma Moodle. Estas plataformas permiten adquirir conocimientos a través de dispositivos portátiles y documentos digitales, favoreciendo la interacción continuada con un tutor, de forma que el alumno autogestiona su aprendizaje con el apoyo de éste. Las ventajas que ofrece el denominado e-learning, entre otras, es la desaparición de las barreras espacio-temporales, ya que los alumnos pueden tener acceso a los materiales en cualquier día a cualquier hora, además, la formación es flexible, existen diversidad de métodos y recursos empleados, existe comunicación constante a través de chat, foros, etc. con compañeros y profesores. Además, esta formación es mucho más económica y de sencilla implantación y permite mejorar la cualificación de los trabajadores, progresando en su carrera profesional.
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